jueves, 9 de abril de 2015

Entrevista: “Este barrio tiene capacidad y fuerza suficiente para generar alternativas”

“Este barrio tiene capacidad y fuerza suficiente para generar alternativas”
El Movimiento Juvenil entrevista a l@s trabajadores/as de la Unidad de Barri
Arantxa, Marisol y Josu en la Unidad de Barrio de la Txantrea

Marisol, Josu y Arantxa trabajan en la Unidad de Barrio de la Txantrea como trabajadores sociales y educadora, respectivamente. Llevan a cabo los programas de Acogida y Orientación Social, Incorporación Social e Infancia y Familia y son testigos de cómo la crisis ha trastocado la vida de muchos vecinos y vecinas.
Desde el Movimiento Juvenil de la Txantrea hemos hablado con ell@s para preguntarles sobre la crisis, la  situación de la vivienda y de cómo afecta a la emancipación de la juventud.

¿En qué situaciones y con qué perfil acuden jóvenes a la Unidad de Barrio?

Josu: Un colectivo tradicional joven que ha sido usuario de los Servicios Sociales es la minoría étnica gitana, que por circunstancias que confluyen como elementos exclusógenos, falta de formación, empleo, cultura y falta de posibilidades de acceder a la vivienda se han convertido en población excluida. A raíz de la crisis en este momento hay otro perfil de familias más “integradas”, del barrio de toda la vida, trabajadoras y de clase media. Incluso chavales preparados y con formación, que en un momento dado empieza a ser usuarios de los servicios sociales como algo novedoso.

Entonces, ¿podríamos decir que desde la crisis ha habido un cambio en este perfil?

Marisol: El perfil de jóvenes que teníamos estaba asociado a otro tipo de problemáticas, a veces muy severas, como en el caso de las minorías éticas, otras veces problemas de consumo que afectaba a un sector más joven y a raíz de esta situación ha empezado a venir más gente joven, a veces cualificada, con formación y con experiencia laboral, que se han quedado fuera del mercado laboral. Esas dificultades que afectan a toda la población también se han hecho visibles en la Unidad de Barrio en el perfil más joven.

Josu: Yo también añadiría el caso de parejas jóvenes que se metieron en una vivienda en los años 2006-2008. Lo hicieron pagando un dineral y no han podido soportar esas hipotecas, porque uno de los dos trabajos de la pareja pudo haber fallado y han empezado a ser usuarias de los Servicios Sociales.

Arantxa: Por otra parte, en el programa de Infancia y Familia hay casos de menores que necesitan una emancipación temprana y se les ha estado acompañando, solicitando también la RIS (Renta de Inserción Social). Hasta hace poco tiempo sólo se podía solicitar hasta los 18 años y ahora se ha prolongado para aquellos chavales y chavalas que por circunstancias familiares tenían que salir del domicilio y buscarse la vida.

Con el caso de la hipoteca, ¿creéis que la emancipación a través de hipotecas pueda llevar a alguien a tener que recurrir a los servicios sociales?

Marisol: Sí sí, este último año hemos tenido algo de descanso en este tema, pero hubo entre 2012 y 2013 un “bum” que afectó a todas las edades y condiciones. Hubo jóvenes afectados por que eran los titulares de las viviendas, o porque eran hijos que no podían ayudar a sus padres… Ha sido muy duro.

Josu: En el año 2005, 2006, 2007… para un piso de Orvina te podían pedir 180.000€ cuando en 2003 pagabas 54.00€. El precio se triplicó en 10 años, a una pareja joven que se quería meter en un piso el banco les ponía la trampa de decirles “te doy 180.000€ y toma más para comprártelo amueblado, el coche…” y hemos visto hipotecas de 1.200€ a 30 años. Ha sido devastador, en aquellas hipotecas tan altas, en las que la gente se metió porque necesitaban el piso, a veces hipotecaban el piso de los padres y hubo dinámicas… complicadas.

Además del colectivo de jóvenes que se ha emancipado y ha tenido problemas con ello, hay otro colectivo que ya no puede dar el paso de emanciparse ni siquiera con aquellas peligrosas condiciones. ¿Cuáles creéis que son los principales factores que impiden a los jóvenes emanciparse?

Marisol: Para mí está claro, el desempleo. Con un porcentaje de desempleo a nivel nacional en la población joven de casi el 50% la situación es brutal y si tú no puedes trabajar es muy difícil que puedas emanciparte y hacer una vida sin tus padres.

Antes, para cuando los jóvenes se lanzaban al mundo laboral ya habían tenido trabajillos de verano y habían estado probando. Hoy es más complicado, no hay espacio ni para experimentar en el mundo laboral. Y a veces se dan casos de tener que aportar dinero en casa, hay chavales que están siendo fuente de ingresos de sus padres y ya no es que no tengas alternativas para salir sino que en casa necesitan que te quedes.
En general se complican las relaciones familiares, ya que los chavales se sienten mal porque ven que suponen una carga y los padres se sienten mal por no poder aportar lo que los hijos necesitan.

Josu: Hay falta de empleo y cada vez más gente que, aunque tiene empleo, es tan precario que no da para pagar alquiler y suministros y la vivienda prácticamente se puede llevar el 80% lo que trabajan.
Y por otro lado, están los precios de la vivienda. La vivienda ha sido históricamente un elemento de negocio. Yo he llegado a ver alquileres de 700, 800€… Y con eso aunque una persona gane 1100€, es pobre, un currela pobre. La vivienda no debería tener un coste de más de un tercio de los ingresos y ha costado dos tercios.

Y todo ello habiendo en el barrio un montón de viviendas viviendas vacías, ¿Qué opináis sobre ello?

Marisol: Nosotros como Unidad de Barrio no tenemos identificado el volumen de viviendas vacías pero hace poco salió adelante el Fondo Foral de Vivienda. A raíz de la okupación de viviendas en Camineros se hizo visible que había viviendas públicas vacías que se estaban deteriorando. Esas viviendas se okuparon y se arreglaron, y a partir de ahí es cuando el Gobierno de Navarra pasó a sacar alternativas de vivienda, un fondo foral, para familias en situaciones más vulnerables.

Personalmente, todavía me parece insuficiente porque me consta que hay más y es una vergüenza que haya vivienda pública vacía cuando estamos todos los días en Servicios Sociales intentando solventar lo que muchas veces no se puede solventar, “tapando el sol con un dedo”. Quizás no se pueda parar un desahucio cuando hay una orden judicial, pero se podría ofrecer una alternativa a las familias. Un primer objetivo debería ser que no hubiera viviendas públicas vacías.

Antes habéis comentado que mediante una okupación de viviendas se forzó a que el Gobierno hiciese algo al respecto.  ¿Cual creéis que es el papel de os organismos sociales del barrio para hacer frente a esta situación?

Marisol: Cuando a través de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas se okuparon las viviendas de Camineros se visualizó que había viviendas públicas sin ocupar, deshabitadas y que además se estaban literalmente cayendo. Lo primero que se hizo fue arreglarlas y esto sirvió para que la administración empezase a generar alternativas antes de que la gente okupase. 

Está claro que la iniciativa social  está generando cambios. El cambio en la Ley de Viviendas de Protección Oficial no se ha dado porque de repente alguien del Gobierno haya dicho “vamos a darle algo a estos pobrecitos”, ha llegado porque se está presionando. Todo lo que se genere desde el ámbito social, ya sea presionar, denunciar o generar alternativas, como lo que hace la Oficina de Emancipación de la Txantrea, puede generar que las administraciones hagan algo. Yo soy de las que piensa que la administración tiene que tener un papel mucho más protector porque tiene que haber cosas que estén cubiertas. Tiene que proteger la infancia, la familia, garantizar que las personas tengan una vivienda y un alojamiento en condiciones, garantizar el trabajo… Todas estas cosas que quedan muy bonitas escritas en una ley, pero luego hay que generar alternativas para que sean reales. 

Me parece que cada uno a su nivel puede hacer algo, entiendo que es más complicado que unas personas muy mayores o de cierta edad okupen una vivienda, o para una familia que tiene sus chiquillos, aunque ya se ha hecho. Que los jóvenes empecéis a hacerlo me parece más propio y más lógico por las circunstancias que os rodean. Este tipo de iniciativas bien asesoradas, bien llevadas e intentando establecer alternativas nos generara a todos una conciencia de lo que está pasando, lo cual es muy importante. 

Lo único bueno que ha traído esta situación de crisis es que empezamos a ver las cosas de otra manera. Como Unidad de Barrio intentamos acompañar y participar, porque estamos ubicados en un barrio y creemos que tenemos que formar parte de la vida del barrio. Por ello estamos participando a distintos niveles en cosas que se hacen, por ejemplo en la plataforma Txantrea Frente a la Crisis. Yo personalmente estoy encantada de que me movilicen, de participar y de no tener que generar iniciativas, porque este barrio tiene la capacidad y fuerza suficiente para generarlas. Es muy enriquecedor formar parte de esto, que también es nuestra profesión, el trabajo comunitario.

Josu: Yo creo que la inacción lleva a mantener el estatus quo, entonces lo que los colectivos, vosotros por ejemplo, tienen que hacer son funciones de  anuncio, decir lo que está pasando, informar. La resistencia como imaginación y acción, una línea puede ser la que estáis planteando. Luego también creo que es muy importante  sacar a la opinión pública todo lo que vayáis viendo y analizando. Es lo que vemos a nivel estatal, colectivos como  el 15M, con mensajes claros, van calando en la sociedad. Es echarle imaginación, resistencia y ganas, y eso lo tenéis.

Arantxa: El hecho de que estéis aquí un grupo de gente joven en el barrio por la labor y con ganas de impulsar, o por lo menos de crear cierta conciencia y de informar al resto de las personas que viven aquí, a mí me parece un buen comienzo.  Es un comienzo fundamental para que nos abráis los ojos al resto, que igual no los tenemos tan abiertos.

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